Inicialmente fue un proyecto que me causó bastante curiosidad, quizá mas que nada por mi frustrada vocación de comunicólogo, pero ya luego me gustó mucho, y me sentí como pez en el agua con el candente tema que nos tocó tratar para esa ocasión.
Los que me conocen, saben que en muchos sentidos el tema es candente pero fácilmente manejable por mí. Fui honesto con todos pero sobre todo conmigo mismo. Poco a poco el tono de la conversación subió de color y la fuimos pasando bomba. Varios de los invitados como que se espantaron un poco (júzguenlo ustedes mismos), pero como que al final de cuentas terminaron aceptando lo inexorable: La Cenicienta, el Príncipe Azul, y el "vivieron felices para siempre", simplemente no existe. ¿Para qué seguir haciéndonos pendejos?
Así que, espero que las opiniones les hayan dejado un buen sabor de boca a los expectadores, y espero estar nuévamente en este divertido programa próximamente.
Y ya saben: Si tienen tele por Internet, ¡Ahí se ven!