Así, tal como lo cantaba don Gavilondo soler, todos los días paso y repaso estas calles y avenidas con destino (por las mañanas) y de origen (por las tardes) a la oficina donde laboro. Me quejaría de que “qué pinche” vida, pero después de que corrieron al Boris de Electra ya como que me he calmado y les pido a los de la Dufry: ¡Explótenme más! Que para eso estoy…
Pues para eso se inventó el Capitalismo ¿No? Para enajenarnos de lo lindo y como diría don Roger Waters, ser otro ladrillo en la pared de la oficina, o un dígito más del RFC o un derechohabiente más del IMSS, o un wey más que se cree los comerciales anti-piratería que pasan en la telera pero que no es capaz de exigir sus derechos cuando en su oficina le dicen: “Tienes horario para entrar pero no para salir”. Que tal ¿eh?
Cuanta razón tienes Carlos Marx.
Cuanta razón tienes Carlos Marx.
Y bueno, independientemente de los sinsabores que se dan en la chamba de saco y corbata de lunes a viernes, hay que lidiar también con el tráfico y sus elementos más cagantes: Los microbuseros. Los policías de tránsito que nada más nos están cazando para ver quien anda manejando con celular. ¿Y si le ponemos unas turbinas y unas hélices al “Uys”? (Pointer). Staría ¿no?
Una de las razones que me han atado al recinto laboral donde me desempeño actualmente (la Dufry), es que me queda a ¡¡10 minutos!! De mi hogar. ¡Que bendición!
Se supone que mi hora de entrada es a las 8 AM pero como mi director hace su vida social por las mañanas y aprovecha las tardes-noches para sentarse a analizar las cosas, entonces pues ya cambié unilateralmente mi horario por lo que ahora ingreso todos los días a las 9 A.M. y procuro salirme alrededor de las 6 P.M.
Se supone que mi hora de entrada es a las 8 AM pero como mi director hace su vida social por las mañanas y aprovecha las tardes-noches para sentarse a analizar las cosas, entonces pues ya cambié unilateralmente mi horario por lo que ahora ingreso todos los días a las 9 A.M. y procuro salirme alrededor de las 6 P.M.
Parece q odias tu trabajo... y como no, si todos estan bien feos, que estrés!
ResponderEliminarPues sí, la neta es que estamos bien feos. Que quieres, somos mexicanos.
ResponderEliminarY no, no odio mi trabajo, pero sí odio algunas actitudes pendejas y algunas mañas de mis colegas contadores.