Anoche (bueno, esta madrugada), me preguntaba Jay vía msn que si era válido emocionarse de alguien vía msn o vía feisbuc.
Yo supondría que habíamos superado la idealización de la “realidad virtual” pero ahora veo que no. A pesar de que llevamos inmersos bastante tiempo en este desmadre “cuasi” increíble de la Internet y la realidad virtual, siempre habrá alguien que se le olvide eso y que crea haber encontrado al hombre o a la mujer de su vida, a la persona ideal a través de la red.
De repente es bien fácil que se te pase que esa “persona” con la que chateas o de quine eres “caber amigo” del feisbuc, es un simple amasijo de “letritas”, de unos y ceros que conforman fotografías en jpg o una conversación entera mediante el Messenger.
Se nos olvida que el amor entra por los ojos (no cuenta la web cam), ¡Pero también por el tacto! Tienes que tocar al susodicho, tocarlo, sentirlo, besarlo, medir con tus propios ojos y en tercera dimensión (de bulto), que tan gord@ o flac@ es. La parte de la estatura es bien engañosa a través de la red, por mas que “se describan”.
La mente de una persona también es capaz de engañarse a sí misma. Empiezas a platicar con el susodich@, y de repente ya crees estar enamorado. ¡cuando nunca jamás en la vida l@ has visto! Claro, ya cuando ese encuentro físico se da, te das cuenta de que no esta tan guap@, de que está un poco (solo un poco) gordit@, de que está mas chaparrit@ de lo que te habías imaginado. Y es que ese es el gran pedo. Mientras no conoces físicamente a la persona del feisbuc, tu imaginación echa a volar tus más recónditos deseos o ideales físicos de los personajes que más te gustan. Tu mente logra olvidar (evadir), que del otro lado, en el otro monitor, hay (también) un ser humano.
Un wey o una vieja. Como tú o como yo. Con lonjas, con miedos, defectos, y miles de pedos existenciales tal como tú o como yo en este preciso momento.
La Internet no es la llave mágica hacia el país de las Maravillas o al país del “nunca jamás”. Se trata simplemente de un medio por el cual te contactas con gente común y corriente alrededor del mundo. Conforme estemos bien concientes de este último hecho, haremos un manejo mucho más adecuado de las “caber amistades”, y tendremos un manejo mucho más mesurado de los “sentimientos” que nos provocan los personajes que logramos contactar vía feisbuc, chats, blogs, tuiter, maiespeis, messenger y demás cyber madrolas.
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