¿Puff! Y después de chorrocientos sábados de trabajo ininterrumpido en fiestas de cumpleaños, eventos privados, graduaciones, XV años, Bodas, sociedades de convivencia, y demás, ahora sí este sábado 4 de Julio (celebración de Independencia para los Estados Unidos de América), por fin pude tener un sábado de descanso para hacer lo que se me diera mi regalada gana.
Que rico se siente poder decidir qué hacer y a dónde ir. Total que después de hacerle una pequeña llamadita a Jay, tuve que aconsejarle como combinar corbata con camisa (Gracias, luego te paso mi recibo de honorarios), así como también terminé haciéndole el nudo de la corbata ya que el señorito “no sabía cómo hacerlo (¿Pos que preparando a mi hijo para irse al Colegio de las Rosas? Ah no perdón ese es de niñas, mejor a la Prepa Popular Tacuba).
Total que Jay tendría que finalizar la noche de sábado en una insufrible graduación (¡No por favor!). Ni pedo, a veces hay que cumplir con la “family”.
Pero antes, nos dimos una vuelta a la calle de Regina en el Centro Histórico, sí esa calle ahora peatonal que conformó la reordenación de esa zona de la ciudad por parte del GFD.
Una buena cantinita con ondita en el número 18 de la calle peatonal de Regina. Nada ostentoso, buena música, muy relax y con ganas de regresar otra vez a chelear. Y es que además ¡Es bien barato!
Por cierto que a pesar de que la música sale como que de un "aipo" conectado a un estereo casero, la selección musical es buena, con el volumen adecuado para echar la "chorcha", e iniciar la noche (Aunque ese sábado casi la terminé ahí).
Después de un par de chelas, una rica hambuerguesa y compermiso a dormir a mi hogar.
Buen sábado. Muy diferente.
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