Apenas conocí a Lilia en la fiesta de cumpleaños de Aarón Jassiel, y ya estaba yo tocando en la suya propia.
Se supone que para el último sábado de Febrero estaría yo trabajando en la inauguración de un negocio del que, por ética profesional, no estoy autorizado a revelar. Sin embargo, el miércoles de esa misma semana, me avisaron que por diversos problemas no se llevaría a cabo el evento. Y yo de buena onda no había pedido adelanto ¡Qué wey!
Me quedé bastante molesto pero tenía que pensar rápido o la fecha estaría perdida. Y recordé que precisamente ese mismo sábado se iba a llevar al cabo la fiesta de cumpleaños de Lilia, la amiga de Aarón Jassiel. Le pregunté a Jassiel respecto a la fiesta y me comentó que no sabía mucho al respecto pero que al parecer le iban a presta r a Lilia, algún equipo para poner la música para la fiesta. Buena señal.
Ni tardo ni perezoso me comuniqué con Lilia para ofrecerle mis servicios, así como un mega descuento para que nos conviniera a ambos. Y sí. Llegamos a un acuerdo y amarramos fecha.
La fiesta de cumpleaños de Lilia se llevó al cabo en el mismo local donde fueron los dobles XV años de Chichis Glam, en la colonia Cuauhtémoc a un costado del edificio principal de Teléfonos de México (¡Carlos Slim: La porra te saluda!).
El tema de la fiesta, conmemorando un poco el trabajo de Tim Burton, fue referente a “Alice in Wonderland”. Para no quedar fuera de la jugada me lancé a “Tardan” para adquirir un bonito sombrero de copa para estar as-hoc con el tema de la fiesta.
Y a pesar de que no todos los invitados a la fiesta fueron disfrazados, sí lo hizo la mayoría, lo que le dio su especial toque a la misma.
A pesar de que yo tenía mis reservas con relación a la música que iban a querer los invitados, hice lo que mejor sé hacer: Dejarme llevar por el feeling y observar muy bien las reacciones de la gente. Efectivamente, en menos de lo que pude darme cuenta, la fiesta estaba prendidísima, he he he.
De la parte de la música bailable actual y de antaño, pasé al pop actual y, obviamente, al House Progresivo. Haciendo pausa en la gustadísima sección de música tropical, pasé finalmente al kitsch ochentero y noventero, con lo que el público se extasió. A pesar de que utilicé el equipo “chico”, la chica del lugar me pidió que le bajara “dos rayitas” al volumen. Eso me gusta. Mil veces que me pidan le baje al volumen, a que me pregunten: “Oye: ¿No da más potencia tu aparato?”.
La verdad es que me da mucho gusto que yo haya contribuido con mi granito de arena para que la fiesta de cumpleaños de Lilia haya sido todo un éxito.
Enhorabuena, y espero estemos presentes ahí mismo para el año entrante.
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