Ahora que anda tan de moda el “Baile del Caballo” (Gangnam
Style) del rapero sudcoreano PSY me vuelvo a cuestionar esa necesidad de los
seres humanos de sentirse incluidos, de masificarse.
De entrada, no sé cómo diablos esa mamadota denominada
“Gangnam Style” se hizo famosa. ¿Cómo es posible que de la noche a la mañana un
desconocido como PSY se haya hecho tan conocido? Como que me huele a mano negra.
Cuando me enteré por las redes sociales de la existencia de
ese tema, me lancé inmediatamente a Youtube a ver el vídeo. Para encontrarme
con una rola mucho muy plana, predecible y repetitiva. Con un gancho pegajoso
pero empalagoso.
Ahora resulta que es un básico en las fiestas y antros e
incluso Madonna invitó al rapero sudcoreano a una de sus presentaciones en
Nueva York. Y PSY ha estado nominado e incluso hecho presentaciones en las
entregas de premios de música de este año tanto en Europa como en Estados
Unidos.
Esto no hace sino recordarme lo que he observado en muchos
eventos a lo largo de mi carrera como DJ: La imperiosa necesidad de la gente en
general, de sentirse “parte de”. De sentirse incluidos, sentirse parte de un
todo. Y eso se reafirma bailando
tooooodos lo mismo, con el mismo “pasito”, repetido infinitamente hasta el
cansancio.
Este tipo de actitudes como que me dan mucha weba. Definitivamente mi personalidad quien trata
de ser única, no se entiende con la conducto que busca suprimir su inseguridad,
siendo parte de una pinche ridícula coreografía. Y para muestra, innumerables
ejemplos de pendejadas musicales:
La Macarena de “Los del Río
Follow the Leader del grupo cubano “SBS”
1, 2, 3 de “El Símbolo”
Disco Samba de “Two Man Sound”
Mambo # 5 de Lou Bega
La Bala de “los Xochimilcas”
No Rompas mi corazón de “Caballo Dorado”
Y muchos otros ejemplos de pésimas canciones que terminan
volviéndose un “must” en fiestas familiares.
Y ustedes, ¿Cuáles han bailado?
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