Lo que más me prende del Marra es la gente. Gente que busca algo más. Que no se conforma con lo que comúnmente le ofrecen el resto de los lugares en la Ciudad de México. Espero que esto sea un detonador para que abran lugares similares en esta Ciudad.
De hecho cuando llegué el antro lucía semi desierto, pero como siempre, la banda Marra se empezó a hacer presente nomás al consolidarse la noche.
Así son los viernes kitsch de Marrakech Salón.
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